24 mejillones
2/3 taza de vino blanco seco
45 g de mantequilla
1 cebolla grande picada fina
2 cucharadas de harina de trigo
1 taza de leche
1/2 taza de nata
sal y pimienta
2 cucharadas de perejil fresco picado fino
2 cucharadas de zumo de limón
Limpie y lave bien los mejillones y escúrralos. Deseche los que estén abiertos.
Coloque los mejillones en un cazo grande rociados con el vino. Tápelos y déjelos cocer 1 minuto a fuego rápido sin dejar
de remover. Retire el cazo del fuego, escurra los mejillones y reserve el líquido.
Derrita la mantequilla en el mismo cazo y rehogue la
cebolla a fuego lento durante 10 minutos o hasta que se dore y se ablande. Agregue la harina y remueva a luego medio durante
1 minuto.
Vierta progresivamente el líquido reservado en el cazo y remueva hasta, obtener una mezcla blanda; llévelo a ebullición.
Incorpore la leche poco a poco y deje hervir la salsa 2 minutos sin remover. Añada la nata, la sal, la pimienta, el perejil
y el zumo de limón, y remueva hasta que se caliente bien. Agregue los mejillones, remueva para que se cubran bien con la salsa
y deje cocer destapado 3 minutos.
CONSEJO
Los mejillones que no se abran durante la cocción deben desecharse. Si piensa ir a buscar usted mismo los mejillones en
el mar, asegúrese de que la zona no está con laminada. Pregunte a las gentes del lugar. Elimine los restos de arena de los
mejillones con un cepillo.
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