- 2 kg. de chipirones o begi-aundi, limpios de tripas, con su piel y en pedazos medianos
- 1 pizca de brandy o armagnac
- 8 cebolletas en tiras
- 2 dientes de ajo picados
- 1 punta de cayena
- 5 cucharadas soperas de aceite de oliva
- medio vaso de vino blanco seco
- sal
Limpiar los chipirones, separar los tentáculos y las aletas que trocearemos en pedazos grandes al igual que los cuerpos, a
los que habremos retirado la pluma que los atraviesa
En una cazuela amplia ponemos a cocinar a fuego muy suave con el aceite de oliva las cebolletas, la cayena, el ajo picado
y una pizca de sal. Tapamos y dejamos que se cocinen hasta que la cebolla coja color, se torne tierna y quede de una tonalidad
rubia, aproximadamente 90 minutos. Esto lo podemos tener hecho con antelación a la compra de los chipirones.
Ponemos una sartén con unas cucharas de aceite de oliva a fuego muy fuerte y una vez que vemos que humea, añadimos los chipirones,
con una pizca de sal, salteándolos hasta que se doren y queden tostados. En ese momento añadimos unas gotas de brandy o armagnac,
damos unas vueltas y vertemos el contenido de la sartén al encebollado, que estará ya guisado después de los 90 minutos de
fuego.
Salteamos los chipirones en dos o tres veces hasta terminarlos, flambeándolos cada vez con armagnac o brandy. Añadimos el
vino blanco y dejamos hervir el conjunto unos 30 minutos a fuego muy suave. Rectificamos el sazonamiento y servimos
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