- Un kilo de boquerones frescos descabezados y limpios de tripas
- Aceite de oliva de 0,4º
- 8 dientes de ajo fileteados
- Una guindilla cayena
- Sal
![boqueronesfritos1.jpg](sitebuildercontent/sitebuilderpictures/boqueronesfritos1.jpg)
Antes de cocinarlos, los boquerones se limpian, destripan y descabezan, se pasan por agua para eliminar restos de sangre,
se secan bien y, sobre un plato o una bandeja, se sazonan.
![boqueronesfritos2.jpg](sitebuildercontent/sitebuilderpictures/boqueronesfritos2.jpg)
A continuación, se pone una sartén bien amplia al fuego fuerte con unos dos dedos de aceite de oliva y la guindilla y se espera
hasta que se caliente, pero sin quemarse.
![boqueronesfritos3.jpg](sitebuildercontent/sitebuilderpictures/boqueronesfritos3.jpg)
Cuando esté el aceite caliente, se incorpora la mitad de los filetes de ajo, que se dorarán rápidamente, es cuestión de segundos
![boqueronesfritos4.jpg](sitebuildercontent/sitebuilderpictures/boqueronesfritos4.jpg)
Sin perder ni un instante, se añade la mitad de los boquerones sazonados (se fríen al menos en dos veces, para evitar que
baje bruscamente el calor de la sartén y se recuezan), dándoles vueltas con una espumadera y dejándolos en el aceite por espacio
de un minuto aproximadamente, dependiendo del tamaño de los boquerones. Una vez fritos, se sacan con la espumadera a un plato
bien empapado de aceite y ajos. Se deja que se vuelva a calentar de nuevo el aceite a fuego máximo, añadiendo una pizca más
de grasa si fuera necesario, y se repite la operación, es decir, se tuestan los ajos, se incorpora el resto de boquerones,
que se freirán en el aceite bien caliente, y se escurren. Los boquerones han de quedar jugosos para que resulten sabrosos
y no se sequen.
|