- 2 calamares del tamaño de un dedo.
- Unas gotas de aceite de oliva virgen y sal.
Para el relleno:
- 2 cebolletas picadas.
- 2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen y sal.
Para la salsa:
- 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen.
- 4 cebolletas, un pimiento verde y 2 dientes de ajo (todo picado).
- Medio dl de vino blanco seco, un dl de salsa de tomate, medio litro de agua, las tintas y sal.
Se limpian escrupulosamente los calamares bajo el chorro de agua fría, sin romper las bolsas de tinta, que reservaremos en
una cucharada de agua.
Se separan los tentáculos y las aletas y se pican muy menudos.
Para hacer el relleno, se pochan las cebolletas con una pizca de sal en el aceite a fuego medio, hasta que estén tiernas.
Se aviva el fuego, se incorporan las aletas y los tentáculos picados y se saltea todo unos 15 minutos. Se sazona la preparación
y se deja enfriar. Se rellena con la mezcla el interior de los calamares, sin forzar demasiado, se cierran con un palillo,
se sazonan y se saltean con una gota de aceite de oliva en una sartén antiadherente caliente, dejándolos bien dorados y reservando
junto a ellos el jugo que suelten durante el reposo.
Para la salsa, se pochan, en el aceite de oliva a fuego suave, las cebolletas, el pimiento verde y los ajos picados con una
pizca de sal, durante unos 40 minutos. Se vierte el vino blanco, se deja que se evapore completamente y se añade el tomate.
Se vierte el agua caliente, se añaden las tintas y un poco de sal, y se deja cocer 20 minutos. Se tritura y se cuela a una
cazuela.
Se introducen los calamares con el jugo que hayan soltado en la salsa y se guisan a fuego suave en la salsa negra hasta que
estén tiernos (unos 25 minutos). Se rectifica de sal y se comprueba que la salsa está bien ligada, añadiendo si fuera necesario
un poco de agua. Se sirven con un arroz blanco con ajos.
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